viernes, 7 de junio de 2013

Los secretos del sexo anal

Para algunos es una fantasía sexual, para otros un tabú, para unos cuanto es un objetivo a alcanzar y para cierta gente una puerta que nunca se debe cruzar. ¿Pero qué tiene el sexo anal que crea tanta expectación? La industria pornográfica ha ayudado a crear grandes expectativas en relación a este tema. El sexo anal es una práctica sexual muy popular tanto para parejas homosexuales como heterosexuales. Después de cierta preparación en los preliminares y con la ayuda de lubricantes variados el hombre introduce suavemente el pene erecto por el ano y recto de su pareja. La teoría suena sencilla, a la práctica, debido al ser el ano diseñado como orificio de expulsión y no de penetración, vamos a necesitar cierta técnica. Como todo lo que requiere cierto esfuerzo, la perseverancia pero merece la pena. El ano es un musculo muy elástico con una infinidad de terminaciones nerviosas y con una sensibilidad similar a la que podemos notar en los genitales. La penetración anal, aunque diferente, puede resultar ser muy placentera una vez superados los tabúes y miedos. El hecho de tener más zonas de placer también expande nuestro horizonte sexual. Trucos para el sexo anal: Si practicas sexo anal por primera vez lo normal es estar nervioso, asustado, excitado… primero de todo debemos relajar la musculación de la zona. Podemos ayudarnos explorando la sensibilidad de la zona manualmente o con la ayuda de un vibrador. En un sex-shop os van a indicar cuáles son los más recomendados para esta práctica, normalmente cuanto más liso, mejor. A diferencia de de la vagina, el ano no cuenta de lubricación natural así que deberemos hacernos con un buen lubricante. Recomendamos los lubricante de agua, los que contienen aceite no suele ser muy efectivos en estos casos. La pregunta que os haréis muchos principiantes en la materia, ¿cuántas veces hace falta hasta que deja de doler? No hay una respuesta absoluta. Depende del tamaño del pene, de lo relajados que estéis, del nivel de excitación, de la frecuencia… por regla general tras la tercera o cuarta vez los músculos ya se van acostumbrando. Como hemos mencionado, el ano es un mecanismo de expulsión así que, es posible que las primeras veces no tengamos los esfínteres controlados y experimentemos ganas de defecar, tengamos sensación de tener que orinar o incluso se nos escape cierta materia. ¡Es normal! Igual que al practicar sexo oral las primeras veces nos vienen náuseas. Después de unas cuantas veces el cuerpo se acostumbra y todas estas sensaciones son substituidas por placer. Ten también en cuenta que en el recto puede encontrarse materia fecal. Siempre debemos practicar sexo anal con condón y si después del sexo anal decidimos cambiar al vaginal, es muy recomendable cambiarlo para evitar infecciones, o por cuestiones de higiene. Sexo anal: puro placer De todos es sabido que el punto G de los hombres está situada a unos centímetros de la próstata. Introduce el dedo en su ano y realiza movimientos circulares con diferentes velocidades y presiones. Quizás las primeras veces no se sienta cómodo pero si se relaja notará como se va poniendo a tono. Para disfrutar del sexo anal tenemos que tomarnos tiempo para disfrutarlo. Debemos excitar a nuestra pareja con caricias y besos, tomarnos tiempo para descubrir su cuerpo. El llamado “beso negro” que consiste en lamer el ano de tu pareja para estimular las terminaciones nerviosas de esta zona muscular te ayudará a tener más complicidad con tu amante. Una vez el pene erecto este dentro del ano y le notes que está disfrutando puedes contraer y relajar la musculatura. Este juego de presiones excitará a tu pareja y le dará más juego al sexo anal. El ano es un músculo más estrecho que la vagina así que para el miembro activo le aportará un nivel superior de excitación.

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